Alexis Dos Santos, savia nueva en el cine argentino
Dos Santos Alexis Dos Santos tiene 37 años, pero su cara de niño y su look cuidadamente descuidado -jeans, zapatillas, mochila, cabello revuelto- hacen que parezca no estar muy lejos de los adolescentes que protagonizan su opera prima como guionista y director, "Glue, una historia adolescente en medio de la nada", la cual se estrenó a nivel local formando parte de la competencia nacional del 8 Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, donde es favorita, previo paso por la competencia oficial del Festival de Rotterdam.
"Glue, una historia adolescente en medio de la nada" responde de forma absoluta al carácter independiente que pregona el certámen, a pesar de contar con una madrina de lujo como la catalana Isabel Coixet. La película, rodada con muy bajo presupuesto -apenas el necesario para cubrir los gastos de la localización en Zapala-, está realizada en base a la improvisación sobre un guión de tan solo 17 páginas. Como su título anticipa, este film es una historia sobre adolescentes que se mueven en una ciudad remota, más precisamente en el sur de la Argentina, donde el paisaje parece empequeñecer al ser humano.
Nahuel Pérez Biscayart, ya convertido en una feliz realidad del cine argentino tras ser tildado como la revelación del pasado año por "Tatuado" y "El aura", es el hilo conductor de esta trama que sigue el devenir de un joven en su convivencia diaria con la familia y los amigos, explorando su sexualidad sin cuestionamientos (se siente atraído por un chico y una chica) y sin pensar en el mañana, un rasgo que distingue a todos los personajes de este micromundo.
"Glue, una historia adolescente en medio de la nada" responde de forma absoluta al carácter independiente que pregona el certámen, a pesar de contar con una madrina de lujo como la catalana Isabel Coixet. La película, rodada con muy bajo presupuesto -apenas el necesario para cubrir los gastos de la localización en Zapala-, está realizada en base a la improvisación sobre un guión de tan solo 17 páginas. Como su título anticipa, este film es una historia sobre adolescentes que se mueven en una ciudad remota, más precisamente en el sur de la Argentina, donde el paisaje parece empequeñecer al ser humano.
Nahuel Pérez Biscayart, ya convertido en una feliz realidad del cine argentino tras ser tildado como la revelación del pasado año por "Tatuado" y "El aura", es el hilo conductor de esta trama que sigue el devenir de un joven en su convivencia diaria con la familia y los amigos, explorando su sexualidad sin cuestionamientos (se siente atraído por un chico y una chica) y sin pensar en el mañana, un rasgo que distingue a todos los personajes de este micromundo.
- La película toca diversos temas: la adolescencia, la sexualidad, la familia, los amigos, la vida en un pueblo chico, ¿Cuál fue el disparador para el guión?
Al comienzo era una historia más corta, que supuestamente transcurría en Londres y era sobre dos chicos que se van a la casa del padre de uno de ellos y aspiran pegamento, que es toda la escena que transcurre en Neuquén. Era un corto de 15 minutos. Después me dieron ganas de desarrollarlo más y que fuera un largo, y ahí apareció la trama familiar y la historia con la chica, pero ese es el corazón de la historia. La idea era contar sobre este chico, en este contexto familiar, con este amigo, en esta etapa de descubrimiento. La película es este balance entre lo que pasa por un lado con la familia y por el otro con los amigos, y cómo el personaje central va despegándose de su familia y encontrando su nueva forma de ser, un nueva forma de comportamiento, de interacción. Por otro lado, me parecía importante que la sexualidad no fuera cuestionada, que la ambigüedad no fuera cuestionada.
- ¿Qué fue lo que le agregó Zapala como escenario de la acción?
Cuando empecé a pensar en la historia del largo, decidí que no fuera en Londres sino en Argentina, en un pueblo de la Patagonia que bien podría ser Zapala, que es donde yo crecí, por el tipo de paisaje, de atmósfera y de cosas que pasan y dejan de pasar que tienen que ver con el pueblo y con cosas que yo viví como adolescente. Me pareció que ese tipo de contexto le podía aportar a la película. La historia tiene esa cosa universal, pero por otro lado creo que lo particular del lugar le da una riqueza distinta.
Cuando empecé a pensar en la historia del largo, decidí que no fuera en Londres sino en Argentina, en un pueblo de la Patagonia que bien podría ser Zapala, que es donde yo crecí, por el tipo de paisaje, de atmósfera y de cosas que pasan y dejan de pasar que tienen que ver con el pueblo y con cosas que yo viví como adolescente. Me pareció que ese tipo de contexto le podía aportar a la película. La historia tiene esa cosa universal, pero por otro lado creo que lo particular del lugar le da una riqueza distinta.
- "Glue" por momentos se acerca al cine independiente americano y por otros a eso que se ha dado en llamar nuevo cine argentino, ¿Con cuál la siente más cercana?
No sé que responderte a eso. Es una película hecha en Argentina, con cero presupuesto, a la manera en que se hacen casi todas las operas primas del nuevo cine argentino, como todo a pulmón. Por un lado eso, ahora a nivel historia, estético yo tengo referentes que tienen que ver con el cine norteamericano, películas japonesas, una película alemana que ví cuando tenía 13 años que se llama "Christiane F" ("Yo, Cristina F"), el videoarte de Sadie Benning...
No sé que responderte a eso. Es una película hecha en Argentina, con cero presupuesto, a la manera en que se hacen casi todas las operas primas del nuevo cine argentino, como todo a pulmón. Por un lado eso, ahora a nivel historia, estético yo tengo referentes que tienen que ver con el cine norteamericano, películas japonesas, una película alemana que ví cuando tenía 13 años que se llama "Christiane F" ("Yo, Cristina F"), el videoarte de Sadie Benning...
- Este film está hecho en base a improvisaciones, ¿Cómo fue la forma de trabajo?
Había momentos en los que había cosas más armadas, pero muchas veces era armar algo y a partir de ahí abrirlo y dejar que las cosas fluyan. Los actores tenían libertad de hacer lo que querían, en un punto. La pauta por ejemplo podía ser: armar la carpa y había que hacerlo, y eran como veinte minutos de la familia peleando por armar la carpa y la cámara tratando de filmar y estar en el momento adecuado. Antes de cada escena lo hablábamos, a veces daba más especificaciones que en otras. Antes de empezar a filmar la película estuvimos con los chicos como diez o doce días en Zapala, haciendo ensayos en locaciones, lo que llamamos un período de Work-shop, donde íbamos a los lugares e íbamos incorporando cosas. Al principio íbamos sin cámara, después con una chiquitita, después vino el sonidista... era como si de a poco iba transformándose en rodaje sin que nos dieranos cuenta.
Había momentos en los que había cosas más armadas, pero muchas veces era armar algo y a partir de ahí abrirlo y dejar que las cosas fluyan. Los actores tenían libertad de hacer lo que querían, en un punto. La pauta por ejemplo podía ser: armar la carpa y había que hacerlo, y eran como veinte minutos de la familia peleando por armar la carpa y la cámara tratando de filmar y estar en el momento adecuado. Antes de cada escena lo hablábamos, a veces daba más especificaciones que en otras. Antes de empezar a filmar la película estuvimos con los chicos como diez o doce días en Zapala, haciendo ensayos en locaciones, lo que llamamos un período de Work-shop, donde íbamos a los lugares e íbamos incorporando cosas. Al principio íbamos sin cámara, después con una chiquitita, después vino el sonidista... era como si de a poco iba transformándose en rodaje sin que nos dieranos cuenta.
- ¿Por dónde pasó su búsqueda de lo visual, que es un aspecto muy destacado de "Glue"?
No era algo premeditado sino que era algo como intuitivo, tratando de romper con formas en las que yo trabajé antes. Siempre trato de buscar formas nuevas y romper con conceptos. Mi búsqueda de lo visual es más intuitivo que intelectualizado, menos premeditado. Y especialmente en esta película que está basada en improvisaciones, todo el tiempo la cámara tenía que estar intuyendo hacia dónde ir, encontrar el lugar adecuado. Obviamente hay una cosa de decidir tal locación, tal lugar para filmar, determinado look, determinada forma de usar la cámara para que los colores resalten de una forma u otra. Sí hay una búsqueda estética, no te voy a negar que no, pero por otro lado hay algo muy fluido, muy orgánico que tenía que ver con lo que pasaba en ese momento.
No era algo premeditado sino que era algo como intuitivo, tratando de romper con formas en las que yo trabajé antes. Siempre trato de buscar formas nuevas y romper con conceptos. Mi búsqueda de lo visual es más intuitivo que intelectualizado, menos premeditado. Y especialmente en esta película que está basada en improvisaciones, todo el tiempo la cámara tenía que estar intuyendo hacia dónde ir, encontrar el lugar adecuado. Obviamente hay una cosa de decidir tal locación, tal lugar para filmar, determinado look, determinada forma de usar la cámara para que los colores resalten de una forma u otra. Sí hay una búsqueda estética, no te voy a negar que no, pero por otro lado hay algo muy fluido, muy orgánico que tenía que ver con lo que pasaba en ese momento.
- Si bien asumió la producción de "Glue", en los créditos figura como productora ejecutiva nada menos que Isabel Coixet, ¿En qué consistió su trabajo con esta película?
Ella es amiga mía hace mucho tiempo. Yo en 1996 me fui a Barcelona y viví durante un par de años allí, estudié guión, actuación y otras cosas, aunque después fui a estudiar a la National Film & Television School de Londres. Pero en el tiempo que estuve en Barcelona la conocí a Isabel y me hice amigo. Ella me ayudó a terminar un corto que codirigí, "Meteoritos", que filmé acá pero lo edité en Barcelona. Cuando terminé de editar "Glue", le mostré la película a Isabel, le encantó, y me dijo que me podía ayudar en lo que sea y, básicamente, me ayudó a terminarla.
Ella es amiga mía hace mucho tiempo. Yo en 1996 me fui a Barcelona y viví durante un par de años allí, estudié guión, actuación y otras cosas, aunque después fui a estudiar a la National Film & Television School de Londres. Pero en el tiempo que estuve en Barcelona la conocí a Isabel y me hice amigo. Ella me ayudó a terminar un corto que codirigí, "Meteoritos", que filmé acá pero lo edité en Barcelona. Cuando terminé de editar "Glue", le mostré la película a Isabel, le encantó, y me dijo que me podía ayudar en lo que sea y, básicamente, me ayudó a terminarla.
- ¿Tiene planeado tu próximo paso como director?
Sí, voy a hacer una película que ya venía escribiendo de antes, que transcurre en Londres, donde yo vivo desde 1998. Esa iba a ser mi primera película, pero terminé haciendo "Glue" antes. Se llama "Unmade Beds" (Camas desechas), son tres historias sobre extranjeros que viven en Londres y creo que va a actuar Leonor Watling.
Sí, voy a hacer una película que ya venía escribiendo de antes, que transcurre en Londres, donde yo vivo desde 1998. Esa iba a ser mi primera película, pero terminé haciendo "Glue" antes. Se llama "Unmade Beds" (Camas desechas), son tres historias sobre extranjeros que viven en Londres y creo que va a actuar Leonor Watling.
© C.G.-abc guionistas
20/04/2006 22:09:14
20/04/2006 22:09:14